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Pico Oriental de Crabioules (3116 m)
Ficha
Imagen portada de la excursión
Fecha 3 de Septiembre de 2005
Tipo de excursión Alta Montaña
Dificultad  
Conseguida Conseguido Sí
Excursión visitada 2981 veces ( 1 esta semana )

Crónica

Como siempre, salimos de Barcelona, son las 17:30 y cogemos la C-58, en Terrassa nos desviamos hacia la antigua N-II, ahora llamada A-2, seguimos hasta llegar cerca de Lleida, allí cogemos la Salida 461, dirección Alfarrás, hacemos un pequeño Stop & Go para tomar un refresco y poder así descansar un poco, de momento somos 3 intrépidos: Jotas, Anabel y yo, Maligno. Tras media hora de descanso y amena charla, continuamos viaje en el Focus, nos desviamos hacia Torres del Ovispo, giramos hacia Benabarre, pasamos el Congosto de Ventamillo, y por fin, llegamos a Castejón de Sos (RUTA: Llegada --> Castejón de Sos), a donde nos aguarda el albergue ‘El Pájaro Loco’, bonito y acogedor como siempre, buenas instalaciones, limpio, restaurante … son las 21:30. Nuestro nuevo compañero de ascensiones, Sergio, saldría a las 22:30 de Barcelona para llegar sobre las 1:30 de la mañana al refugio, Jotas estaría atento para recibirle y guiarle hasta la habitación.

Nosotros 3, cenamos en el restaurante, no hay nada como una buena butifarra, o unas hamburguesas, acompañadas de una buena cerveza fresca para irse más contento a la cama.

Tras la cena, mostramos a Anabel la ‘movida’ nocturna de Castejón de Sos, y que tan bien conocíamos Jotas y yo, ya que fue la causante del último fiasco en el Crabioules, todo debido a la Ambar de cuello largo … Pensando en dicha anécdota y para que no vuelva a sobrevolar nuestras cabezas el anterior fiasco, decidimos irnos pronto a la cama, aunque la vuelta se alarga más de lo inesperado, otra vez la Ambar de cuello largo nos reta a seguir con ella hasta altas horas de la noche, ¡maldita sea! Conocimos a un montañero Asturiano, el cual nos ameniza la velada con alguna que otra historia, nos invita a otra Ambar, pero aquí, Anabel propone el punto y final a nuestra noche loca, con muy buen criterio, son las 12 de la noche algo pasadas, y nos vamos a la cama.

Jotas deja el móvil encendido, y sobre la 1:30 llama Sergio, Jotas baja y le guía a la habitación para que nos acostemos todos en paz y compañía. La noche no tiene altercados relevantes, a excepción de los siempre molestos ronquidos de unos u otros, claro que Anabel siempre es más lista que el resto y duerme acompañada de su antifaz estilo el Zorro y sus tapones para que no la despierte ni un bombardeo.

A las 6:00 toca diana el móvil del Jotas, se levanta y se va a lavar al servicio, yo le sigo tras unos minutos, comenzamos a preparar todo, despertamos a Sergio y Anabel, y bajamos a desayunar, yo 2 buenos donuts y algún que otro zumo para comenzar bien la mañana, no pensando que sería lo más sólido que comería en todo el día.

Sobre las 7:20 salimos de Castejón de Sos, pasamos Benasque, pasamos también nuestro conocido Camping Aneto, muy aconsejable para pernoctar en cualquier temporada del año, pasamos el desvío al Valle de Estós (queda a la izquierda), pasamos el desvío al Hospital de Benasque (queda a la derecha), tras él, el barranco de Lliterola, aquí dejamos uno de los coches, en este caso el Opel Astra de Sergio, los planes eran claros y concisos, subiríamos por Remuñé hasta los Crabioules, yo bajaría por el mismo sitio hasta el coche para volverme a casa, el resto de la expedición, dormiría en el Ibón Blanco de Lliterola (2750 m) para continuar el Domingo con la colección de 3000’s para el reto Rocs&Pics, y tras esto, bajar por el barranco de Lliterola hasta el coche de Sergio.

Continuamos en mi coche los 4 aventureros, llegamos hasta el cartel que indica hacia los Ibones de Remuñé, es casi el final de la carretera, aparco a un lado de la misma, justo debajo nuestro se puede apreciar el Hospital de Benasque, el cual me alegraría tanto de ver a la bajada …

Son casi las 8 de la mañana, y ya con las mochilas al hombro y los palos preparados, comienza nuestro ataque a los Crabioules. El camino comienza suave y entre bosque de pino, el camino está muy marcado y hay muchos hitos, además, hay muchas marcas de pintura roja, no hay pérdida, ¡claro!, es de día.

El río ruge a nuestra izquierda, y a medida que vamos subiendo,pequeños riachuelos inundan nuestro camino, haciendo que enfanguemos nuestras limpias botas. Tras una media hora, comenzamos a dejar de ver pinos a nuestro alrededor, mi alergia lo agradece con creces. El río sigue a nuestra izquierda, formando innumerables cascadas de agua, no entendemos cómo puede haber tan poco agua en Catalunya, viendo el río cómo baja.

Intercambio anécdotas con Sergio, para que poco a poco nos vaya conociendo, le explico un poco sobre el material necesario, y el peso reglamentario,él va cargado con 2 mochilas, una grande detrás con ropa, agua y saco, y otro más pequeña delante llena de comida, lo cual significa que lleva exceso de peso, además, para colmo, también se ha llevado un pequeño bolso con su cartera y llaves, ¡exceso de peso!, aunque todos hemos pasado por eso, pero puede que no sea la excursión idónea para dicho exceso.

Vamos siempre por la parte derecha del valle, dejando a nuestra izquierda el río,el camino sigue subiendo suave,llegamos a un gran llano, aquí terminan las marcas de pintura roja y existe una gran roca que nos indica los 45 minutos que faltan para llegar a los Ibones de Remuñé.

En mi subsconciente no caben excesivas paradas, ya que tengo que bajar hoy mismo al coche, pero mis compañeros, que van más cargados, no parecen tener excesiva prisa ¡cachis! Intento ir el primero e ir así tirando del grupo, pero se van quedando atrás y tengo que ir esperándolos cada cierto tiempo.

De frente, preside la Forca de Remuñé (2945 m) y que no cumple nuestros requisitos para ser coronada, no supera los 3000 m, tal vez otra vez, a su izquierda, el portal de Remuñé (2831 m) y por donde tendremos que acceder al valle de Lliterola. A nuestra derecha el Pico Maupas (3109 m) y el Pico de Boum (3006 m), éste último queda tapado y no lo veremos hasta pasar los Ibones de Remuñé.

Estamos al pie de la subida al Portal de Remuñé, son las 9:40 ydecidimos hacer una pequeña parada para reponer fuerzas, Sergio come fruta, y el resto, le ayuda a aliviar un poco su peso, yo no tengo excesiva hambre y sólo bebo un poco de agua, aprovecho para reponer la cantimplora del agua fresquísima que pone a nuestra disposición el Esera,delante nuestro se abre una pequeña canal por donde baja el río, justo al comenzar la canalcambiamos al margen izquierdo de dicho río. Son las 10 de la mañana, yla subida hacia el Portal de Remuñé es inminente,es quizás lo más duro de la excursión de hoy.

Tras superar dicha canal (10:20 AM), llegamos a los Ibones de Remuñé, giramos a la izquierda, siempre siguiendo los muchos hitos que se pueden observar con bastante claridad, ahora comienza la dureza del recorrido,un caos de bloques de granito se abre ante nosotros, y ya no nos abandonará hasta llegar a lo alto del Portal de Remuñé, los hitos coronan alguna que otra roca de granito y los vamos siguiendo sin vacilar, el camino se enfila hacia arriba sin darnos tregua ni respiro posible, volvemos a girar a la izquierda, ahora un pequeño descanso sin bloques de granito y que circula por un camino entre hierva blanda, y de menos pendiente, pero dicha facilidad de la montaña acaba muy pronto, vuelven los bloques de granito, y la pendiente se hace más dura, tras superar un gran repechón, giramos a la derecha,tenemos el Portal de Remuñé a tiro, ¡qué cerca está! y ¡qué duro resulta llegar a él!Ya observamos con facilidad el Maupas y el Boum.

Pasamos por algún que otro pequeño Ibón, pero con el agua bastante estancada, así que decidimos no coger agua de aquí, aún tenemos reservas suficientes. Sigo tirando del grupo, aunque todos se van quedando atrás, seguramente por el peso que arrastran desde abajo, yo voy bastante más descargado debido a mis planes de bajada. Vuelvo a hacer un parón (son las 11:50 AM) y nos reagrupamos, la alta montaña ya nos rodea y nos absorbe con su grandeza.

Sobre las 12:10, coronamos el Portal de Remuñé, la vista es fabulosa:Ibón del Lliterola (2730 m), Hito E del Perdiguero (3170 m), Perdiguero (3222 m), Tuca de Lliterola (3095 m), Pico Royo (3121 m), Punta de Lliterola (3132 m), Aguja de Lliterola (3028 m), y los majestuosos y magníficos picos de los Crabioules Occidental (3106 m) y Oriental (3116 m), nuestro objetivo del día.

Había que disfrutar de dichas vistas, así que decidimos parar para comer, Sergio tenía poca hambre, aunque picó algo, supongo que para aligerar peso de su mochila, Anabel sacó sus famosas croquetas (que tan bien hace su madre), Jotas optó por unas lonchas de fiambre de pollo, y yo, ansiaba levantar el campamento para atacar nuestro objetivo, aún así, obté por abrir una lata de caballas en tomate y picar algo de fiambre del Jotas, también iba bebiendo un poco de Aquarius, bebida que me revitaliza al instante.

Sobre las 12:40 nos volvemos a colgar las mochilas al hombro y nos encaminamos hacia elIbón Blanco de Lliterola (2750 m), optamos por bajar lo menos posible, es decir, omitir la bajada alIbón de Lliterola, así que vamos por el lateral derecho del valle, a veces avistamos unos hitos, pero ya tenemos encuadrado el Ibón Blanco en nuestra mente, así que ya no nos hace falta ningún tipo de hito para llegar a él, a nuestra izquierda el Ibón de Lliterola, a la derecha dejamos la Forca de Remuñé, un poco más adelante y también dejándola a la derecha, la Tusse de Remuñé (3041 m), y en cuya cima vemos algún que otro grupo de personas, delante de nosotros, arriba,los Crabioules, con sus cimas completamente vacías, ¡no habíamos visto a nadie en ninguna de sus dos cimas! ¿Dónde está la gente? También vemos gente en el hito E del Perdiguero y también en su pico más alto del valle, el Perdiguero. Vemos también, entre el Crabioules Oriental y la Tusse de Remuñé, la Aguja de Jean Garnier (3025 m), inhóspita, solitaria y de difícil acceso.

El camino hasta el Ibón Blanco no tiene nada reseñable, y llegamos a dicho Ibón a las 13:30, todos nos ponemos muy contentos de llegar hasta aquí, ya que esto significaba que el peso se reduciría drásticamente para continuar el viaje, vemos un refugio de Vivac, donde más tarde colocarán mis compañeros y amigos su tienda para dormir por la noche, de momento, Jotas propone buscar una roca fuera del camino y dejar allí nuestro exceso de peso camuflado en una bolsa de basura, así lo hacemos, y10 minutos después ya estamos andando hacia la cima del Crabioules, desde abajo hacemos los cálculos pertinentes para llegar al collado Inferior de Lliterola (2983 m), hay algo de nieve,pero trazamos un camino que nos permita pisar lo menos posible por dicha nieve, hemos dejado los crampones abajo, entre el exceso de peso, y no nos podemos permitir un resbalón,Sergio hace muy bien la subida hasta el collado, va sin ningún tipo de peso en la espalda, a mí se me atraganta un poco más, ya llevamos 6 horas de dura caminata, y un poco más atrás, nos siguen Jotas y Anabel.

Llegando al collado, vemos una pareja de franceses que nos observa desde la altura,llegamos al collado a las 14:20. En cuanto llegamos a la altura de los franceses, estos se ponen en marcha, van equipados con cuerdas, arneses y todo el equipo necesario para la escalada, y así lo hacen, toman una vía de escalada hacia la cima del Crabioules Occidental, les preguntamos que si esta es la vía normal, y nos dicen que no, que la vía normal está más adelante, rodeando el Crabioules Occidental por su parte izquierda, y ya en territorio francés, seguimos algún que otro hito, durante unos 150 metros, la verdad es que ya sentimos la gran altitud a la que estamos, la montaña se comienza a poner difícil y tenemos que pasar por algún que otro paso complicado, en el que la roca tiene bastante pendiente y resbala bastante, además, tiene pocos agarres ynosotros tenemos que pasar por ellas en horizontal para intentar buscar la canal que nos enfilará a la Brecha de Mamy, justo por debajo de la Punta de Mamy (3048 m), tras recorrer dichos 150 metros, sobre nosotros,adivinamos la posible canal.

Subiendo por la parte francesa un grupo de intrépidos sube hacia el collado que nosotros acabamos de dejar, van por una tartera de bastante pendiente y con mucha roca suelta, lo que hace que vayan provocando pequeñas avalanchas que crean un gran estruendo en el valle, debido a la forma de la parte francesa.

Nos enfilamos por la canal, comienza la parte difícil y expuesta de la ascensión, ¡bienvenidos a la alta montaña! Esto es lo que habíamos venido buscando, la adrenalina comienza a dispararse, la notamos recorrer todos los recovecos de nuestro cuerpo. Ahora encabezo el grupo tirando de todos mis compañeros,llegando primero a la Brecha de Mamy (son las 14:50), las vistas hacia los valles franceses son magníficas, da escalofrío ver la caída que hay bajo nosotros, a nuestra izquierda la Punta de Mamy, sobre ella,varias personas sobrevolando el macizo con sus parapentes.

Seguimos nuestro camino hacia la derecha, siguiendo los posibles hitos que vamos encontrando, ¡ahora comienza lo realmente duro!El primer paso complicado se antepone ante nosotros, podríamos catalogarlo de II+ o incluso III-, a elección de cada cual, paso el primero dicho punto, no sin dificultades, tras de mí, lo hace el Jotas, tras élAnabel se ve en dificultades, pero finalmente logra pasarlo, nuestro buen amigo Sergio, no lo ve demasiado claro, es la primera vez que se enfrenta con algo así y decide retroceder hacia el Ibón Blanco para esperarnos allí, no se le puede pedir más, había llegado bastante lejos, y además, una retirada a tiempo es una victoria, ya tendrá tiempo de subir cosas difíciles.

Una vez superado este punto complicado, vuelve a reinar la paz en el camino durante unos 10 metros más, pero enseguida, se avecinaotro paso complicado, esta vez lo catalogaríamos de II grado (son las 15:00). Mientras suben mis compañeros, yo intento ver por dónde sigue el camino, la cosa comienza a ponerse fea, ¡da verdadero vértigo!, hay hitos que indican hacia arriba, y otros que indican que hay que bajar hacia una canal, intento seguir el primero, pero es imposible, y sólo de mirar hacia el otro posible camino, ¡da miedo! No quiero ir sólo, así que espero a la Anabel y al Jotas.

Anabel comienza a poner de manifiesto lo que todos andamos pensando, hay que venir un poco más equipado a la montaña, no podemos pasar los pasos que hemos hecho con anterioridad tan alegremente, cualquier día podemos tener un susto, aún así, y vista donde estábamos ya, decidimos continuar nuestro ataque a la cima.

Jotas baja hasta la canal, le sigue Anabel y al final, también voy yo, buscamos hitos desesperadamente, y de paso, intentamos buscar alguna otra vía de escape para la vuelta, pero no la hay, tendremos que bajar por donde hemos subido ¡madre mía!, a mí esta idea me aterra, y no se me va de la cabeza.

Tras seguir algún que otro hito, y sin más pasos recalcables, llegamos ala primera cima del día, el Pico del Crabioules Occidental (3106 m), son las 15:30, nos hacemos las fotos de rigor, soltamos las mochilas y observamosla siguiente cima que tendríamos que afrontar, en la lejanía, vemos a los 2 escaladores que nos precedían, pasan por la cresta de unos 300 metros que separa los 2 crabioules, van encordados. La cresta es una de las más afiladas y aéreas que habíamos visto nunca, el Jotas se niega a pasar por ella en rotundo, y nos aconseja hacer lo mismo, yo me miro la cresta y me la remiro, pero no digo nada, la verdad es que ese filo de navaja que nos separaba de la segunda cima imponía bastante respeto, y podríamos tener un disgusto innecesario, vamos sin la equipación necesaria, yo estoy a punto de ser convencido por el Jotas, sólo no quiero pasar, pero al final, se escuchó una vocecita, llena de fuerza y optimismo, ¡vamos hacia la segunda cima! decía, era la Anabel, que tras el anterior rapapolvos no veía inconveniente en pasar por aquella aérea cresta, yo me la miro atónito, y me digo, si pasa ella, yo no me voy a quedar con las ganas … Eran las palabras que necesitaba escuchar para tirar para adelante,Anabel es el espíritu Rocs&Pics en su estado más puro, y yo,el Maligno, la seguiré hasta el fin. El Jotas nos seguía diciendo que éramos unos temerarios, y nos gritaba: ¡tengo un hijo! Es compresible, es un padre responsable que quería volver a ver a su hijo, además, él padece un poco de vértigo, así que es mejor que nos espere aquí.

Me cuelgo la cámara y me dispongo a seguir a la intrépida de Anabel, se ha puesto encabezando el grupo de los 2 que ya quedamos. La adrenalina aquí se siente a borbotones por todo el cuerpo, es una sensación indescriptible.A medida que pasamos la cresta, se hace más y más aérea, hay pasos en los que vas literalmente colgado de una piedra, otros en los que vas a 4 patas sin ningún tipo de apoyo a los lados, otros en los que vas haciendo verdaderos equilibrios sobre las piernas y sin ningún tipo de apoyo para las manos, aún así, no nos resignábamos, esos 300 metros se hacían interminables, aún así, vamos muy seguros de nosotros mismos, más que en los anteriores pasos que habíamos pasado en la subida a la primera cima.

Nos cruzamos con los 2 escaladores que ya vienen de regreso, van muy bien equipados y siempre asegurando el uno al otro,Anabel y yo nos miramos y seguimos nuestro periplo hacia la segunda cima, a la que llegamos a eso de las 16:20, 50 minutos hemos tardado en hacer 300 metros, pero ¡qué 300 metros! ¡irrepetibles!Estamos muy contentos de la hazaña,la Anabel se toma un Cacaolat para celebrar su gesta, no sé cómo tiene aún estómago para tomar nada, yo lanzo un alarido: “Awuelooooooooo …”, el cual es contestado en la lejanía, desde el Ibón Blanco por parte de Sergio, le indico que hemos hecho ambas cimas.

Tras haber tomado un poco de aire, habernos hecho las fotos de rigor y disfrutar delas maravillosas vistas de alta montaña que nos rodean, tomamos el camino de vuelta, no hay otro camino posible,hay que volver por los 300 metros de cresta, los demás caminos son mucho peores.

Esta vez encabezo yo el grupo de 2, y otros 50 minutos después, volvemos a llegar a la cima del Crabioules Occidental, donde nos espera el Jotas. Por fin hemos dejado atrás la cresta en forma de cable de fonambulista. Desde aquí queremos daros un consejo, a pesar de que hemos demostrado que se puede pasar sin asegurarse ni ir cordado, lo mejor, es asegurarse con arnés y cuerda, ¡tenedlo en cuenta!

De aquí, volvimos a bajar hacia la Brecha de Mamy, éste era el único tramo que yo tenía en mente que podía ser bastante complicado, ya lo fue a la subida, y a la bajada nos encontraríamos cara a cara con la posible caída que había bajo nuestros pies, a pesar de todo, este tramo lo hicimos más fácilmente que a la subida, unos bajaban de espalda y otros bajábamos de frente, cada uno como mejor podía.

¡Por fin! ¡Hemos llegado a la Brecha de Mamy nuevamente! ¡Salvados! Ya sólo queda bajar nuevamente hasta el Collado Inferior de Lliterola, eso sí, poniendo los 5 sentidos en la bajada, ya que un resbalón puede dar con nuestros huesos en el fondo del valle.

Llegamos los 3 al Collado, y comenzamos la bajada hasta el Ibón Blanco, donde ya espera el Sergio. Yo me adelanto, tengo un poco de prisa, el Jotas y la Anabel van un poco más lentos, a las 18:30 llego al Ibón Blanco, junto al refugio de Vivac, veo y saludo al Sergio, le comento un poco la jugada y miro hacia atrás, el Jotas y la Anabel siguen bajando lentamente, ¡debo marcharme si quiero llegar al coche!

Tengo acidez de estómago, ¡tengo más hambre que un lobo!, me como junto al Sergio una barrita energética, no tengo más tiempo, también bebo de la cantiplora del Sergio, para poder así guardarme mi agua para más adelante.

Me despido desde lejos de la Anabel y el Jotas, ¡hasta pronto! Y comienzo la bajada, tengo que llegar a los Ibones de Remuñé antes de que se haga de noche. Voy todo lo deprisa que me permiten mis pies, los cuales comienzan a quemarme dentro de las botas.

La tarde comienza a cerrarse, nubes negras sobre mí amenazan lluvia, y tras media hora de caminata, a medio camino entre mis compañeros y el Portal de Remuñé comienza a llover, cada vez más fuerte, paro unos instantes y la lluvia parece cesar, pero ha llovido lo justo para mojar la ya resbaladiza piedra, tendré que poner más atención para no resbalar.

Llego por fin al Portal de Remuñé, las nubes persisten, ¡comienza la bajada por los bloques de granito! A los 15 minutos de comenzar la bajada por los bloques, las nubes comienzan nuevamente a descargar sobre mí, pero sigo la bajada creyendo que todo volverá a cesar pronto, pero esta vez no es así, tengo que parar y cobijarme al lado de una roca, me quito la mochila y saco el cubre mochila y me pongo el cortavientos impermeable, aprovechando la parada y atendiendo a la sed que recorre mi cuerpo, comienzo a beber de los zumos que llevo, y así de paso, aligerar un poco más el peso. La lluvia cesa, y comienza el granizo, ¡me cachis! ¿No me van a dejar bajar en paz las nubes? Tras 5 minutos parece que todo cesa, comienzo nuevamente la bajada, voy divisando algún que otro hito, pero tengo el camino más o menos marcado en mi cabeza, al menos, mientras sea de día.

A eso de las 20:15 llego a los lagos de Remuñé, ya había acabado de pasar por los bloques de granito, comienzo a bajar la canal que me dejará en el lugar donde desayunamos por la mañana, antes de llegar me paro a coger agua en mi cantimplora, también aprovecho para refrescarme la cabeza. Los pies me arden cada vez que el calcetín me roza el pie, y esto es un continuo mientras bajo, además, los tobillos, poco a poco, comienzan a no aguantarme de pie, se me doblan, aunque gracias a las botas consigo no caerme …

Ahora el camino es más evidente, aligero el paso todo lo que me permiten los pies y los tobillos, pero a cada paso que doy, los pies me queman más y los tobillos se me doblan más y más, parece que son de goma, por más que los quiero aguantar derechos, me es imposible, me voy cabreando por momentos, no puedo caminar sin tropezar con cualquier cosa del camino, pero en mi mente sólo hay 2 cosas: la noche que se me echa encima de manera inminente y el coche que me espera en la carretera.

A punto estoy de llegar al comienzo de las marcas rojas antes de que se me haga de noche, pero no es así … Saco mi frontal y me lo coloco, la noche es fría, pero en mi mente ya sólo queda una cosa, mi coche, mi Ford Focus que me espera abajo, y no me doy cuenta, además, aún llevo el cortavientos, que por no parar más aún no me lo he quitado, y me hace sudar sin cesar (lo cual me provocará la pérdida de 3 kilos y medio como comprobaré cuando me pese en mi casa).

El camino ya no es tan inminente, los hitos ya no son tan fácilmente localizables, todo lo cual me hace perder el camino demasiado a menudo, y mis pies ya no están para muchos trotes, ya no tengo pies, tengo dos infiernos dentro de las botas, aún así, sigo adelante, si me pierdo, hago barridos horizontales de derecha a izquierda y de izquierda a derecha hasta que me doy de bruces con el camino, con un hito o con una marca roja.

Llego al final del camino, al fondo, logro distinguir alguna que otra luz, ¿será gente que sube con frontal? ¡Pues no! Son los coches que van por la carretera. El camino se pierde entre los innumerables pequeños riachuelos que lo cruzan, ahora pierdo más a menudo el camino, y tengo que hacer barridos con más frecuencia … Cada vez que veo una marca o un hito me pongo muy contento, ¡voy por buen camino! De pronto, una pequeña piedra en el camino me hace caer al suelo, con tan mala fortuna que el gemelo izquierdo se me sube, y me da unos pinchazos terroríficos, dejo la pierna estirada durante unos minutos, hasta que por fin, todo parece volver a su sitio, aunque el dolor aún persiste.

A ratos, tengo que ir apagando el frontal, ya que se me llena de bichos que son atraídos hacia él, cada vez que lo apago, compruebo lo oscura que es la noche, no hay luna, y esto hace que la oscuridad sea total.

Por fin paso de los riachuelos y llego a un camino más marcado, ya estoy al final del calvario, a mi izquierda veo un grupo de aventureros, ¡están haciendo fuego en mitad del bosque! ¡Insensatos! Luego se producen los incendios y nos quedamos sin árboles, hay que tener un poquito más de cabeza …

Bajo hacia la carretera y busco mi coche, ¡allí está! Son las 22:20 (14 horas y 20 minutos desde el coche por la mañana), entro en el coche, me descalzo, ¡qué gustazo! Descanso un poquito, delante de mí puedo apreciar el Hospital de Benasque entre una gran iluminación del mismo. Comienzo mi camino, ahora en el coche, hacia Benasque, con la esperanza de que haya algún bar abierto para comer algo caliente.

Llego a Benasque y voy al Restaurante ‘La Cumbre’, está vacío y creo que están a punto de cerrar, le pregunto si aún hacen bocadillos, me miran, y supongo que al ver mi estado, no pudieron decirme que no … Una Coca-Cola fría y un bocata de lomo, ¡qué gozada! Sólo había comido una lata de caballas en todo el día, y un poco de fiambre de pollo. Tras este exquisito manjar, busco una calle con poca iluminación y duermo en el cómodo Focus. A las 7:30 despierto y conduzco cómodamente hasta mi casa.

El Domingo, mis compañeros y amigos, suben nuevamente al Collado Inferior del Lliterola, desde aquí a la Punta de Lliterola, Pico Royo, Tuca de Lliterola, Perdiguero, Hito E del Perdiguero, y bajada por el barranco de Lliterola, hasta el coche del Sergio, que espera a pie de carretera. Ellos llegan a Barcelona a las 23:30 de la noche del Domingo, y el Lunes hay que trabajar. ¡HASTA LA PRÓXIMA AVENTURA!

by Maligno

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