El invierno del 2006 no acababa de llegar e, intentando exprimir la temporada “estival” al máximo surgió la propuesta de subir a los Besiberris, emblemáticas (quizá diría hasta míticas) cimas del Pirineo Catalán, que forman el límite natural entre la Vall d’Aran y el Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici.

Como de costumbre hubo varias propuestas de itinerarios posibles y un par de convocatorias previas frustradas por lesiones, movidas laborales y paranoias mentales de componentes diversos. Finalmente se tomó como fecha definitiva el fin de semana del 3-5 de noviembre en vista de que las primeras grandes nevadas todavía no habían llegado.

Para la excursión se formó un grupito de “veteranos Rocs&Pics” con Jotas, Darío, Juanma y Joan Ferrer y sobre las 17:00 estábamos saliendo de Cerdanyola en dirección al refugio de Conangles situado justo antes de la boca sur del Túnel de Vielha. Ni que decir tiene que el refugio nos lo pasamos y tuvimos que dar la vuelta con el coche un par de veces infringiendo un par o tres de artículos del código de circulación.

Pero las vueltas valieron la pena porque una vez en el refugio hay que decir que éste está de coña y la cena estuvo a la altura del esfuerzo del día siguiente… eso sí, el de la garrafa de vino (¿os suena?) se trajo su propia cena y no cenó a pan y cuchillo como nosotros que somos unos marqueses y este no es el espíritu Rocs&Pics y la clásica retahíla de “principios muntanyencs” del que te dije jejejeje.

SÁBADO 4 DE NOVIEMBRE

El planning consensuado finalmente incluye subir hasta el refugio libre de Besiberri (2200 m.), pasando por los estanys de Besiberris, ocupar 4 literas por si las moscas y continuar la ascensión para coronar Besiberris Sur, Medio y Comaloforno (si es posible) y bajar a dormir al refugio.

Salimos de Conangles a las 7:10 dirección a los estanys de Besiberri. La verdad es que vamos frescos y con mono de montaña así que la subida la hacemos a buen ritmo, primero a través de una pista ancha (con sus consiguientes atajos) que atraviesa un precioso bosque caducifolio y luego por un camino más estrecho que se empina en la parte final siguiendo el margen derecho del Barranco de Besiberri. En un par de horas nos plantamos en los Estanys donde la niebla nos envuelve. En teoría las previsiones metereológicas no son malas, pero de momento no se ve un pijo!

Mientras nos abrigamos un poco parece que la niebla empieza a despejarse un poco. A partir de aquí el terreno es llano y ya se vislumbra a lo lejos el refugio, unos 200 m. más arriba. Bordeamos el estany dejándolo a nuestra izquierda siguiendo una senda marcada y llegamos al refugio pasando por el Estanyet de Besiberri (2173 m.). Por supuesto en los 200 m. finales al refugio conseguimos llegar cada uno por un sitio distinto, sino no seríamos R&P!!

Hacemos un pequeño receso en el refugio, comemos algo, ocupamos 4 camas por si acaso y tiramos p'arriba. El primer tramo es camino bueno hasta que se llega al pedregal infame de turno. Las vistas del valle y el Macizo del Aneto y la Maladeta son fantásticas. Llegados a este punto hay que superar el caos de bloques siguiendo los hitos correspondientes para encaminarnos a la subida final al Coll d’Abellers (2890 m.) que se sitúa a nuestra derecha, entre el pico del mismo nombre y los Besiberris, no tiene pérdida … bueno, no tiene pérdida a menos que, como Darío y yo, no te hayas mirado mucho la ruta a seguir.

Pues sí, Jotas y Juanma (que sí se han mirado la reseña) toman un poco de delantera con lo que llega un momento que, debido a las irregularidades del pedregal perdemos el contacto visual con ellos dos, ayudados porque además tenemos el sol justo de cara y no vemos nada. Total ellos se paran a esperarnos en un sitio donde no los vemos y nosotros empezamos a subir en dirección al collado que queda a nuestra izquierda el Pas de Trescazes). El terreno está fatal, piedras enormes que se desprenden al poner el pie encima, terreno arenoso donde resbalas hacia abajo, vamos, de lo peorcito, por lo que Darío y yo nos desfondamos para subirla. Cuando ya estamos casi en lo alto de la canal (nos faltan unos 30 metros) aparece Juanma que, como no veníamos se había venido a explorar este collado a ver si daba acceso a los Besiberris del Mig y nos pone al corriente de nuestro error. La ruta buena no es por ahí sino por el collado que hay al otro lado del pedregal! Un rápido vistazo y queda claro que es imposible flanquear hasta allí y que hay que volver a bajar (pongamos unos 100 m. de desnivel, quizá más) para subir la canal del otro lado. No lo vemos claro y Juanma nos propone que subamos hasta el collado donde estamos (no nos falta nada) y vayamos por la otra vertiente hasta el Besiberri S. No lo vemos claro porque no sabemos qué nos vamos a encontrar por lo que decidimos desandar lo andado, bajando la canal. Una vez en el pedregal Darío decide volverse al refugio y yo, pese a que estoy tocado decido seguir, aún a costa de “lastrar” un poco a mis compañeros.

Total que al final subimos con Juanma y, aunque todas las reseñas hablan de la subida al Coll d’Abellers como una pedrera descompuesta e incómoda, la verdad es que al lado de la subida al Pas de Trescaze es una auténtica autopista y en un ratillo estamos en el Collado. Mientras tanto Jotas que nos ha visto a los 3 en el otro collado ha pensado “estos mamones se han ido los 3 a hacer los Besiberri del Mig” y ha aprovechado la espera para subir al Pico Abellers (2983 m.) desde el collado.

Una vez en el collado sólo resta seguir la arista W que nos lleva a la cima del Besiberri S (3017 m.) que alcanzamos a las 14h, es decir 6h50 después de salir de Conangles, pero entre nuestro error en el camino y nuestro desayuno en el refugio podemos haber perdido aproximadamente 1h30m.

Comemos algo en la cima (yo estoy muy tocado) y ellos 2 descartan intentar el Comaloforno, parece que hay una tirada y la cresta tiene pinta de no ser trivial. Comentamos la posibilidad de llegar a los Besiberris del Mig y que en el mapa viene marcada una ruta por detrás y, pese a que hay reticencias por la hora que es y supongo que por lo petado que me ven, finalmente decidimos intentarlo pero sin entretenernos mucho. Efectivamente hay ruta por detrás (llámale ruta, llámale campo a través) y para ello seguimos unos metros la cresta hacia el Comaloforno para encontrar un paso que nos permita cambiar de vertiente y ya enfilar en la dirección correcta. Hay bastantes tramos de nieve y aunque Jotas insiste en que se pueden pisar, Juanma y yo en vista de la inclinación preferimos dar unos cuantos rodeos. Llegamos hasta el infame Pas de Trescaze, al que casi habíamos llegado por el otro lado Darío y yo, y aprovechamos para dejar las mochilas allí. Jotas me pregunta que qué quiero hacer (se me ve a la legua que estoy en las últimas) pero yo le digo que lo quiero intentar así que me insuflo una pasti de glucosa de Juanma y p'arriba.

En la subida hay un par de pasos de grimpadilla pero nada del otro mundo. Llegamos a la primera cima (yo el último, por supuesto), el Besiberri del Mig S (2994 m.), con el tiempo justo de sacarnos la foto con Jotas dando prisas. Rápidamente a la 2ª cima, sólo hay que crestear sin perder mucho desnivel y aquí me recupero un poco. 2ª cima: el Besiberri del Mig N (2993 m.), foto y kagando leshes pal collado otra vez. Llegamos al collado sobre las 16:15 y yo les digo que en BCN se hace de noche sobre las 18:00, que igual aquí tarda un poco más porque estamos más al oeste pero que no llegamos al refugio con luz ni de coña. Bajamos la canal (que ya habíamos bajado por la mañana) a ritmo tranquilo porque el terreno es peligroso y luego aceleramos para completar el pedregal antes de que se haga de noche. A partir de este momento bajamos a buen ritmo, superando el pedregal con luz. Luego ya a unos 20 minutos del refugio se nos hace de noche y tiramos con los frontales de Juanma y Jotas (yo no, yo llevo una linternilla de risa, menudo montañero!) y ya vemos el de Darío que nos está esperando al lado del refugio un poco preocupado por nuestra tardanza.

Llegamos al refugio y pasamos noche con los 3 valencianos que han traído víveres para 3 semanas … pero eso ya sería otra historia.

DOMINGO 5 DE NOVIEMBRE

Al día siguiente salimos por la mañana (ya hemos decidido no hacer nada y volver a casa pronto) después de pasar una noche cómoda (la verdad es que el refugio está muy bien) y de un buen desayuno. La bajada tiene su gracia porque las piedras y la hierba tienen una finísima capa de humedad que no se ve pero que se ha helado durante la noche y Jotas va pegando unos resbalones del 15 que acaban con su trasero en el suelo. Más tarde soy yo el que resbala y no me descalabro gracias a los palos … sí, esos palos que siempre critica Jotas y que el no llevaba jejeje.

Finalmente en unas 2 horas llegamos al coche, un poco de higiene y a emprender el camino de regreso.

by Joan Ferrer