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Moixerò (2061 m)
Ficha
Imagen portada de la excursión
Fecha 3 de Enero de 2004
Tipo de excursión Alta Montaña
Dificultad  
Conseguida Conseguido Sí
Excursión visitada 1401 veces ( 1 esta semana )

Crónica

Con la tranquilidad dehaber encontrado, por fin, nuestra estimada senyera entre las gorras de unrecóndito y lúgubre cajón, comenzamos esperanzados nuestra primera excursióndel 2004, en principio, un cima fácil y tranquila, pero como veremos y leeremosen la crónica toda excursión en invierno puede complicarse más de loesperado.

Salimos el Sábadosobre las 6 AM, cogimos la C-58 hasta que ésta se convierte en zona de peaje,nosotros huimos de estas zonas, os recomiendo que hagáis lo mismo, por lo menoshasta que se den cuenta de que no se puede cobrar por ir por una carretera,luego querrán que haya seguridad, ¡JA!, nunca habrá seguridad total mientrascobren por ir por una vía que debería ser de carácter público. Tras esto,nos desviamos hacia Manresa por la C-55, una vez en Manresa, cogemos hacia Bergapor la C-16, salimos en Bagà, dentro del pueblo seguimos la indicación de Collde Pal, seguimos por dicha carretera aún asfaltada hasta llegar al desvío aGréixer, en dónde empieza el camino sin asfaltar, yo os recomiendo que dejéisel coche antes de coger dicho camino, total, habrá unos 10 minutos andando oquizás menos, además, a medio camino suele haber una cadena que cierra elcamino a toda persona ajena a la zona (RUTA--> Llegada: Gréixer).

Llegamos sobre las 8:00AM, aparcamos el polillo, e intentamos salir del coche, ¡ostrasqué frío! Por fin nos decidimos, y salimos de nuestro amado Polillo,comemos algo y preparamos las mochilas para comenzar la subida. En principio,nuestra idea era subir a las Penyes Altes (2276 m) pero como veremos másadelante, los planes suelen cambiar sobre la marcha, y más si tenemos la suertede poder contar con más de una cima en el camino.

Entre unas cosas yotras, comenzamos la ascensión sobre las 8:50 AM, llevábamos los mapascorrespondientes a la zana, pero estos, a pesar de ser de Alpina, no siempre soncorrectos. Llegamos a Gréixer, y decidimos por dónde subir, descartamos elCanal de la Serp porque no desconocemos su estado y podría sorprendernos conbastante nieve, rodeamos el pueblo (2 casas y una iglesia) por su parteizquierda y tomamos elprimer camino que vemos hacia la izquierda (hacia el Coll d'Escriu), que además, nos hace seguir el GR107, conocido por el 'camí dels bons homes', este GR lo cogemosdurante poco rato, ya que enseguida, cogemos un desvío hacia la derecha, elcamino es muy bueno y amplio.

Comenzamos a subir pordicho camino, no hay demasiada nieve, pero a medida que subimos, lanieve se adueña más y más del camino, los otros 2componentes deciden parar y ponerse las polainas, yo, miro hacia arriba y noveo nieve por ningún sitio, así que decido no ponérmelas, ¡mal hecho! Enprincipio, no había mucha profundidad en la nieve, pero poco a poco, ibanentrando trocitos de nieve dentro de la bota, y cuando regresé al coche, ibacon los calcetines y las botas caladas, a momentos, sobre todo en la parte altade la excursión, los calcetines y la lengüeta de la bota, estaban con un tomode hielo, que cada vez que andaba, me iba haciendo más y más daño en eltobillo, pero con todo y con eso, decidí no parar a ponerme las polainas, ¡yaera demasiado tarde!

Trashaber bordeado los barrancos y habernos dirigido hacia la izquierda,encontramos un desvío hacia la derecha, hacia los barrancos, este desvíodeberíamos haberlo cogido, pero fiándonosde los mapas, seguimos hacia delante, pronto se nos acaba el camino y vemosque hemos metido la pata en algún sitio; en vez de volver hacia atrás,decidimos enfilarnos hacia las grandes pendiente que suben hacia nuestraderecha, es decir, hacia los barrancos, con tan buena suerte, de que a los 10minutos de ir subiendo por esta extrema pendiente, nos cruzamos con el caminocorrecto, señalizado esta vez con fitas.

Seguimossubiendo y subiendo por dicho camino, de pronto, al fondo, entre losárboles, observamos con claridad la cima del Comabona(2547 m), un objetivo que a corto plazo tendremos que conquistar. A cadapaso que dábamos, el camino se nos complicaba más, sobre todo debido a losmapas, de momento, parecía que seguíamos el camino correcto, ¿pero cuántotardaríamos en perdernos? Las fitas continuaban señalando el camino con más omenos asiduidad, cuando no las veíamos, teníamos que organizarnos hastaencontrarlas.

Llegados a una ciertaaltura, perdimos el camino por falta de señalización, ya que éste tirabahacia la derecha (tras una especia de bara clavada en una fita) y nosotros nosdirigimos hacia la izquierda, con lo cual, rodearíamos la montaña ysubiríamos por su parte trasera, dudábamos de si esto era correcto o no, perouna vez puestos, no había marcha atrás. Lapanorámica era estupenda, eso sí, perola pendiente se hacía cada vez más y más fuerte, y las placas de hielocomenzaban a hacer efecto. Veíamos la canal que se abría ante nosotros, Jotasdecidió ponerse en cabeza y tirar hacia arriba, 3miles y yo, un pocomás rezagados y con cuidado de nos resbalar, yaque la caída podía traer consecuencias no deseadas para ninguno de nosotros.

Una vez superado esteprimer escollo (bautizado por nosotros como VÍA 'JOTAS'), descansamosy recuperamos fuerzas, aún queda bastante camino por recorrer, allí a lolejos, divisamos lesPenyes Altes, y un poco más cerca, el Moxeirò, entre medio de las 2, uncollado, al que intuíamos que tendríamos que llegar. En principio, lasfuerzas nos tendrían que llevar hasta les Penyes Altes y después, ¿quiénsabe? Yo no había tomado casi nada de alimento, atrás quedaba la últimaexcursión hecha al Puigmal (más de un mes), y mis piernas comenzaban aflaquear, pero decidí que a donde llegaran mis compañeros, llegaría yotambién. Lapanorámica en este punto, con nuestro chico Martini en primer plano, eraestupenda, un día clarísimo, y un sol radiante, pero la claridad del día eradebida al viento que nosotros estábamos sufriendo, que iba siendo más fuerte amedida que subíamos más.

Caminamospor la ladera hasta llegar al collado, nos cruzamos con otro montañero quedebía ser de por la zona, ya que se conocía muy bien el recorrido, incluso nosdio algún que otro consejo, del cual tomamos buena nota, pero, pudo ser elviento el que en la bajada hizo que se nos borraran de la mente los sabiosconsejos de este buen hombre.

Descansamosmínimamente de nuevo, y parlamentamos si seguir hacia lesPenyes Altes o hacia elMoixerò, el resultado, seguir hacia les Penyes Altes, mis fuerzas no ibanmuy finas, pero decidimos seguir hacia lo difícil, o sea, hasta les PenyesAltes. A media que avanzábamos, lanueva panorámica que se nos mostraba, era una maravilla. Una vez terminadala primera rampa, volvemos a juntar el grupo y volvemos a parlamentar, el vientono cesaba, era bastante fuerte, las fuerzas iban justas y se nos echaba eltiempo encima. La decisión fue desistir en el intento, otra vez será, pero nosquedamos cerca, muycerca. Pero claro, no nos podíamos ir con las manos vacías, y menosteniendo tan cerca como teníamos el Moixerò, ¡A POR ÉL!

Hacemos un alto en elcamino, reponemos fuerza (falta me iba haciendo), comemos galletas, reponemoslíquidos, ... seguimos contemplando el paisaje de nuestro alrededor, ¿qué esaquello del fondo? ¡Montserrat! Y un poco más a la izquierda, ¡la torre deCollserola! 250 km de distancia, y tan cerca de nosotros, un poco más lejos,podíamos contemplar perfectamente el mar. Debido a la poca resolución de lacámara, en la fotono lo veréis muy claro, peronosotros sí que lo vimos 'in situ'.

Bajamos nuevamentehasta el collado y emprendemos la nueva subida que ante nosotros se interponía,tras unos 25 minutos, llegamosa la cima, unas 4 horas había durado nuestra subida hasta allí.De nuevo, lapanorámica, no tenía igual.

Comenzamosla siempre pesada bajada, intentábamos seguir las indicaciones dadas por elmontañero con el que nos habíamos cruzado en la última parte de la subida,pero en algún momento tuvimos que meter la pata. Ante nosotros se abría una bajadaque en algún momento podría llegar a ser peligrosa, ya que estaba llena denieve y barro bastante resbaladizo, mirábamoshacia arriba y comprobábamos como el viento seguía azotando en el collado.

Continuamos bajando,desconocíamos el momento en que teníamos que girar a derecha, las fitas nosllevaron a esta confusión, el consejo del montañero, era ir hasta un punto quenos indicó (y que olvidamos) y girar hacia la derecha. Nuestra cara cambiabapor momentos, yo recordaba las noticias que en estos mismos días habíanilustrado tantos telediarios de tantos montañeros perdidos o muertos poravalancha, aunque no lo comentaba en alto para que la preocupación no seadueñara del grupo, la procesión iba por dentro; no teníamos miedo por lasavalanchas, pero sí a perdernos y tener que pasar allí la noche.

La bajada, se fuecerrando y cerrando, y nos fuimos introduciendo en un bosque cada vez más ymás denso, la bajada seguía siendo de fuerte pendiente, ahora las ramas seescondían bajo la nieve y nos trababan los pies, produciéndose múltiplespequeñas caídas, encima de nosotros, las ramas aéreas, se iban cerrando sobrenosotros, había queandar con cuidado para no darnos un golpe en la cabeza, seguíamos bajando ybajando, a veces incluso teníamos que abrirnos paso entre múltiples matojos yzarzas, fue toda una experiencia (aunque espero no volver a repetirla), llegamosun punto en que delante nuestro sólo había abismos en forma de barranco, justolos que habíamos bordeado en la subida, decidimos entonces girar nuestros pasosy encaminarlos a la derecha, entre matojos, árboles, raíces, nieve, agujeros,... nos fuimos abriendo camino hacia la derecha, con la intención de cruzarnoscon el camino bueno, pero esto no sucedía.

Bajo nosotros sólohabía barrancos, pero llegamos a otro punto en que la montaña no nos dejabaseguir hacia la derecha, así que tomamos el único camino que nos quedaba,subir de nuevo por una canal con una pendiente muy fuerte, con muy poco agarre yayudándonos de los bastones, fuimos subiendo y subiendo, la tierra resbalaba,había zonas complicadas en las que podríamos haber sufrido un disgusto, perocomo en todo túnel, al final del mismo siempre se encuentra la luz, y despuésde mucho subir y subir, nos cruzamos con el que parecía el camino bueno, por lomenos había fitas.

Continuamos por elmismo, tenía toda la pinta de ser el camino correcto, íbamos hacia la derecha,ya fuimos encontrando punto conocidos y que recordábamos en la subida, la caranos fue cambiando de color ¡no tendríamos que dormir en plena montaña!Seguimos bajando y bajando, ya por camino totalmente conocido, a lo lejoscontemplábamos en pueblo (ahora maravilloso) de Gréixer, y un poco más allános esperaba con toda tranquilidad elPolillo, ¡qué alegría más grande cuando le vimos! Y nuevamente, daremospor buena la subida al Moixerò.

En principio, si se hace bien, no es excesivamente larga y puedecalificarse de Baja, pero el camino es bastante complicado y es muy propenso aprovocar más de una pérdida, además, al hacerla en pleno invierno, implicaque haya bastante hielo en las rampas por las que hay que subir, el viento es unfactor a tener en cuenta, sobre todo en la parte final, ya que estaremosexpuestos todo el tiempo a él

by Maligno

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