¿Qué mejor que aprovechar uno de esos días de "apalanque" del Puente de Diciembre para una escapada a la montaña? Así pues emprendemos ruta el martes a primera hora (6h) desde el "Carreful" de Granollers.
Mañana no muy fría, con algo de niebla, pero sin problemas, nos plantamos en el desvío de Tregurá (carretera Setcases). Sobre las 8h empezamos la subida por la pista que se coge al final de Tregurá de Dalt. Tras ver que el miedo por el estado de la pista fueron para nada (poco queda de las nevadas de la semana pasada), fuimos cogiendo altura, cruzándonos con algún bichejo y disfrutando de vistas increíbles de la salida del sol sobre el Valle de Camprodón.
Seguimos la pista hasta llegar al Coll de la Gralla, donde dejamos el coche junto al camino marcado a la derecha. Tras abrigarse bien y dejar las raquetas en el maletero (poca nieve se ve), a las 8:50 iniciamos la marcha. El cielo está tapado, no hace frío, pero sopla un viento fuerte que nos acompañará todo el camino (generando el consecuente dolor de cabeza).
En seguida se muestra una pista sin pérdida posible, que tras una subida inicial (que provoca la tos y ahogo correspondientes) va cogiendo altura de forma suave, hasta el Coll de Fontlletera. Rápidamente se puede ver el Fontlletera a la derecha, el Coll dels Tres Pics, los Tres Pics y el propio Balandrau. La nieve se acumula por clapas, muy separadas y que se pueden sortear sin problemas. Los peor es el viento fuerte y que sopla de lado. Algunas nubes negras se asoman sobre nuestro objetivo.
Empezamos a enfilar el Coll de Fontlletera, donde a mano derecha se nos presenta compañía, que nos da unas imágenes difíciles de ver en otras circunstancias.
Mirando atrás vemos todo el desnivel salvado hasta el momento. Una subida con alguna clapa de nieve y ya estamos en el Coll dels Tres Pics. Es aquí donde vemos la estación meteorológica a los pies del Fontlletera.
Una vez en el cuello, sobre las 11h, antes de girar a la izquierda para seguir toda la carena de los Tres Pics hasta el Balandrau, almorzamos y disfrutamos de las vistas a las zonas del Bastiments, Freser, Infern, etc...
Tras el tentempié, seguimos la carena, por la cara posterior a nuestra ruta, donde descubrimos que no hay ni rastro de nieve. Tras una hora y poco, culminamos la última subida hasta la cima, con algo más de nieve y acompañados por una pareja de buitres, observando por si "cae algo".
Sobre las 12:15 estamos arriba, el viento es muy molesto e impide casi mantenerse en pie (y mucho menos echar fotos sin que salgan movidas)
Tras la sesión de fotos, alguna "tontá" y varias estudiar alternativas de bajada, decidimos bajar campo a través por el pequeño valle a los pies del Balandrau, que va a parar a la pista donde tenemos el coche, sólo que a unos 40 minutos de donde está. Sobre las 14h estamos en el coche, recogiendo y limpiando las botas del último tramo de nieve-barro-tirando a granizado... de aquel que pisas y te mojas hasta la rodilla.
En resumen, salida sencilla, muy recomendable y candidata a hacer con raquetas cuando la nieve realmente valga la pena (a pesar de lo que nos cuente la tele, para que subamos a esquiar)