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Moixerò (2061 m)
Ficha
Imagen portada de la excursión
Fecha 24 de Enero de 2004
Tipo de excursión Alta Montaña
Dificultad  
Conseguida Conseguido Sí
Excursión visitada 1125 veces ( 1 esta semana )

Crónica

Una vez más, salimos a las 6 de la mañana de un Sábado con una meteorología un poco revuelta, la previsión tampoco era muy halagüeña, pero nos arriesgamos a seguir para delante con la excursión, como alguien dijo alguna vez 'El que no arriesga no gana ...'.

A las 8:25 AM, estábamos listos y preparados para salir, esta vez con el equipo preparado para lo peor, ya que el cielo estaba tremendamente tapado, aunque algunos componentes jugaban con el equipo a ser toreros, de momento reinaba la alegría, más adelante veríamos si seguíamos tan risueños. Nuestro objetivo principal volvía a ser, nuevamente, les Penyes Altes (2276 m), ¿lo conseguiríamos esta vez? El cielo apuntaba mal, pero nosotros resistiríamos como jabatos.

La Anabel estrenaba equipamiento: botas, bastones y capelina, ésta última, junto con la de Jotas, nos harían reír un buen rato, como veremos más adelante.

Comenzaba la caminata, cronómetros en marcha, volvemos a pasar junto a Gréixer, y una vez más, contemplamos lo pequeñito que resulta dicho pueblo. Volvemos a coger el cruce hacia el Coll d'Escriu, tras otros 5 minutos de caminata, abandonamos el GR 107 y cogemos el camino por el que comenzará la ascensión. La niebla no nos deja ver nada a nuestro alrededor, aunque hay veces en que, si el paisaje lo permite, vamos echando alguna que otra panorámica para que algún que otro día volvamos a recordar dicha aventura.

Tras un buen rato de ascensión, conseguimos dejar por debajo nuestro la espesa niebla, aunque el cielo no se las prometía más felices, y pronto comenzó a llover. De momento el grupo aguantaba bajo la lluvia, una lluvia débil pero incesante, además, como caminábamos bajo los árboles, estos nos quitaban mucha de la lluvia que caía.

Empezamos a bordear los barrancos del macizo, esta vez no confundimos ni un ápice el camino, tras haber bordeado los barrancos, cogimos el primer desvío a la derecha que se enfila directamente hacia el collado del Moixerò, fuimos pasando uno a uno por los collados señalados en el mapa (el de Cabrera, ...), la nieve seguía sin hacer acto de presencia, aunque algunos componentes decidieron ponerse las polainas para resguardarse un poco de la lluvia.

La capelina de Jotas, poco a poco iba haciendo aguas, ya que el piolet que llevaba en la mochila la iba agujereando sistemáticamente. Por tanto, el agua cada vez le iba calando más dentro, empezaba a dudar de si llegaríamos a nuestro objetivo, y así lo expuso abiertamente, aunque el voto mayoritario se volvió a imponer, el voto de Anabel junto al mío, decidían seguir hacia la cima de, por lo menos, el Moixerò.

Llegamos al punto donde había que decidir si seguir por la 'vía Jotas'o por el camino normal que bordea el barranco por su parte delantera, pasando por una especie de escaleras talladas en la misma pared. Jotas seguía intentando minar la moral del espíritu del grupo, pero de momento, dicho espíritu aguantaba las fuertes arremetidas. La verdad es que no paraba de llover, y cada vez el material iba perdiendo la impermeabilidad original, pero seguíamos adelante, no existía tormenta eléctrica, por lo que el riesgo era nulo.

A la vez que íbamos subiendo, el bosque se iba acabando, e íbamos quedando más expuestos al agua, yo tenía la esperanza que, a medida que íbamos subiendo en altitud, llegaríamos a un punto en que la cota de nieve comenzaría y la lluvia se convertiría en copos de nieve, y estos mojan bastante menos que la lluvia. Así fue, y llegados a una altitud cercana a los 2000 metros, comenzaron a caer copos de nieve, copos muy grandes, pronto el suelo, comenzó a teñirse de blanco, estábamos en la zona de más pendiente, y el barro junto con el hielo que se formaba cuando caían los copos de nieve, hacía que estuviéramos en una zona peligrosa, sobre todo a la bajada. Pero continuábamos adelante.

Llegamos a los 2045 metros y con ello, estábamos ya en el collado del Moixerò, el paisaje dio un cambio de 180º, lo que antes era lluvia y vegetación, ahora era hielo, mucha niebla y frío. ¡Un cambio brutal! Es en estos momentos donde se aprecia la diferencia entre la temible cara Norte y la Sur (aunque a cotas pequeñas).

Comenzó de nuevo la discusión entre si seguir hacia les Penyes Altes o intentar culminar la cima, nuevamente, del Moixerò, mi voto era continuar hacia les Penyes Altes, Jotas estaba a favor de hacer el Moixerò, todo quedaba en manos de Anabel, tras un rato de pensar, por fin se decidió, valoró que no iba muy sobrada de fuerzas y, esta vez, votó por lo fácil, continuar hasta el Moixerò, una vez más la mayoría había hablado, y una vez más les Penyes Altes resistirían nuestro empuje.

Jotas y yo comenzamos a abrir vía hasta el Moixerò, Anabel comenzó a quedarse atrás, Jotas y yo nos percatamos de este detalle y decidimos esperarla, no podíamos verla debido a la niebla reinante. Tras un rato comenzamos a divisar su silueta oscura, algo le iba recolgando de un costado, y el viento lo arrastraba con fuerza, suponíamos que se había quitado la capelina y que la llevaba mal puesta, así que Jotas decidió bajar a interesarse por el tema.

Pero cual fue nuestra sorpresa, cuando por fin, pudimos ver a Anabel con claridad, se estaba riendo a carcajadas, ¿qué había ocurrido? Al parecer se le había rasgado la mitad de la capelina, y esto hacía que dicho trozo volara por los aires, y a Anabel le había dado un ataque de risa, ataque que poco a poco se fue pegando a cada uno de los componentes del grupo, ja, ja, ... Así que entre risas y más risas, continuamos subiendo hasta alcanzar la cima.

Comenzamos rápidamente la bajada, con algún resbalón que otro, sobre todo yo, pero fuimos uno a uno cayendo todos por el resbaladizo hielo, lo que nos terminó por provocar, nuevamente, otro ataque de risa, y esta vez duró hasta bien abajo. Comenzamos a ver la niebla otra vez, abajo en el valle, ¡esta vez íbamos por el camino correcto!

Decidimos dar más rodeo y dirigirnos hacia el Coll de Pendis, la verdad es que está bien señalizado por hitos y no hay lugar a pérdidas. Mientras bajábamos, a lo lejos, pudimos contemplar el Pedraforca, con su tartera completamente llena de nieve. Al llegar al Coll de Pendis, cogemos ya el GR 107 que nos conduciría al punto de partida, Gréixer. La verdad es que es un camino un poco monótono, pero así lo habíamos decidido.

Una vez en Gréixer, aprovechamos para hacer unos fotos a las casas que componen el pueblo. Luego bajamos hacia el Focus que esta vez esperaba impasible en la carretera.

Después una paradita en Guardiola de Berguedà para comer, nos hizo recuperar todas las fuerzas perdidas entre la lluvia, nieve y niebla, sobre todos algunos que se comieron un entrecot que pesaba 2 Kg, por lo menos, media vaca, ¡vamos!, otros sin embargo, nos tuvimos que quedar sin él y elegir algo más sano y de la tierra, una buena butifarra catalana, o unas chuletitas de cordero del país.

Ahora ya sabíamos el camino, y tardamos poco en alcanzar el Collado superior del Moixerò, tan sólo la lluvia y los copos de nieve que caían sin parar nos retrasaron un poco, aunque una vez entras en la cara Norte todo cambia de repente y hay que andar con mucho ojo, sobre todo, si os coge la niebla (como nos pasó a nosotros)

by Maligno

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