Cuando recibí el correo de Jos, invitándome a acompañarlo a la salida que estaban organizando sus compañeros del curso de alta montaña; no lo pensé dos veces y me dije, ahora sí me apunto, pues ya extrañaba mucho el estar ascendiendo una montaña. El objetivo elegido era Punta Alta una montaña de 3.014 metros de altitud.

El sábado 1 de abril, fui al punto de reunión (Palau reial), donde conocería al resto de los participantes. Tras las respectivas presentaciones, se organizo la distribución de los coches. Paramos en un poblado, para desayunar; luego continuamos hacia el punto de inicio de la actividad, la presa de Cavallers.

Desde la zona de parking, se podía observar el barranco por donde retornaríamos el Domingo. Se pensaba encontrar más nieve en el primer tramo, pero al haber tan poca, algunos retornaron a los coches a dejar sus raquetas para la nieve. El camino al refugio Joan Ventosa i Calvell (2220 m) donde pasaríamos la noche, se hizo por terreno mixto. Pero al ir ganando altura, y por el efecto del sol (eran pasadas las 3 de la tarde) la nieve estaba blanda en algunos tramos y dificultaba un poco el avance. Llegamos al refugio, después de las 4 de tarde, se tenía una hermosa vista de las montañas que había alrededor. Al estar en primavera el clima se mostró benigno, pues no hizo mucho frío.

El domingo 2 de abril, nos levantamos a las 5 de la mañana para aprovechar que la nieve se encontrase dura por el frío nocturno. Después de desayunar, alistamos las mochilas, nos calzamos los crampones sobre las botas y aproximadamente a las 6 de la mañana, empezamos a movernos hacia el objetivo del día, hacer cumbre. En el refugio se quedaba una chica que decidió no continuar. Tuvimos que hacer una espera prolongada, pues uno de los participantes, tenia problemas con sus crampones, una vez solucionado el impase, continuamos con la ascensión.

Seguimos por el Vall de Colieto, llegamos al estany de la Roca, donde nos reagrupamos. Aprovechamos el descanso para comer algún bocadillo y colocarnos nuestros arneses. Ahora empezaba la parte más dura de la ascensión, dos miembros más decidieron dar media vuelta y retornar al refugio. Empezamos a ganar altura por la Raconada, cruzamos por una zona donde se veía la huella de la caída de un alud, tomando una distancia prudencial entre nosotros, hasta llegar al coll Arenós.

A eso de las 10 de la mañana, tras subir por una canaleta de fuerte pendiente, donde había ascendido a mi ritmo. Las piernas empezaban a sentir el esfuerzo de la parada prolongada (retornaba a la montaña después de un año), llegamos a la ante cima, la cumbre estaba a pocos minutos. Desde este lugar se tenía una impresionante vista del valle que había debajo de nosotros.

Seguimos por una cresta con tramos mixtos, la cumbre estaba a un palmo, la emoción de hacer cumbre (3014 m) no diferenciaba si se trataba de un 3 mil, 5 mil o 6 mil, era la culminación del esfuerzo empleado en lograrlo. Disfruté mucho en la cumbre, me acordé de mis amigos, las cumbres que logramos y del primer 5 mil que hizo mi mujer en Perú. El buen tiempo nos estaba acompañado, pero nos pondría dificultades durante el descenso.

Después de las fotos de rigor, empezamos el descenso hacia el Vall de Comalesbienes, primero por una cresta rocosa, luego por una fuerte pendiente, donde el estado de la nieve era tan malo, que constantemente nos hundíamos hasta las rodillas o por encima de ellas. Una vez en el valle, continuamos quebrada abajo.

Tras más de 12 horas de actividad, en parte por que el estado de la nieve dificultaba el ir mas rápido, llegamos al parking de la presa de Cavallers, donde el día anterior habíamos dejado los coches. Retornamos a casa con la satisfacción de haber tenido un buen día.

¡OBJETIVO CONSEGUIDO!

by Terminator