Salimos
de Barcelona sobre las 3 AM de un bonito Sábado, cogimos la N-II y salimos en
la salida 461 (Alfarrás) y cogemos la N-230, que no dejaremos hasta llegar al
pueblo Aneto, aquí hay una pista de unos 12 Km, en bastante buen estado que
sube hasta el embalse de Llauset y que pasa por un túnel bastante largo (1 Km)
sin iluminación ninguna y donde los más intrépidos pueden marcarse algún que
otro Vivac (RUTA
--> Llegada: Aneto); más o menos, llegamos sobre las 6:30 AM, por supuesto, ya no era
hora de dormir, y, sin darnos cuentas nuestras voces hicieron que se despertaran
más excursionistas que había.
Desayunamos
allí, por cierto, hicimos un amigo matutino, un bonito perro,
al que veríamos más tarde en la cima del Vallhiverna. Una vez desayunados, nos
pusimos en marcha, con un poco de pena debido a que nuestro fiel compañero Joan
Jordi 'Jotas' que iba con un pie un poco cascado tuvo que quedarse en
los coches debido a esta dolencia, pero como bien dice él 'endavant les
atxes'. Pues bien, pasamos por un mini túnel, y se abre ante nosotros un
camino bien señalizado y fácil de ver que discurre por el margen derecho del
embalse, de frente se alza majestuoso el Vallhiverna, llegamos hasta el final
del embalse, sin dejar de mirar atrás por nuestro compañero Jotas, el día
comienza a abrirse ante nuestros ojos, nos miramos unos a otros y ya sabemos que
el día será espectacular, esta vez, no hay fracaso posible.
Una vez aquí, se
puede subir por la tartera que sube al collado de Llauset o bien girar a la
derecha para atacar por detrás la cima, nosotros giramos a la derecha, viene
indicado con un cartel fácilmente distinguible, seguimos la indicación de GR y
hacia el collado del Vallhiverna, comienzan las pendientes, alguno que otro
sufre una momentánea pájara, aunque más tarde esto pasó. Vamos pasando por
varios lagos (entre ellos el
Botornas), en los que vamos aprovechando para echarnos
crema solar, ya que el día se presentará caluroso. Llegamos al segundo
cartel del GR, cerca de éste hay una gran piedra que indica por dónde seguir la
ascensión, seguimos su indicación y seguimos pasando por más lagos y
superando algún que otro
montículo sin apenas esfuerzo, la verdad es que estábamos un poco
asombrados de la facilidad hasta el momento que presentaba la ascensión,
todavía no se divisaba el Vallhiverna, aunque poco tardaríamos ya en divisar
su cima.
Comenzamos la
última
ascensión, el final es lo más duro, para llegar a una aérea cresta
en el que el camino cada vez se estrecha más y más. Seguimos por ella y ya
divisamos la cima del Valhiverna
(3067 metros), hemos tardado 3 horas y 30 minutos, ante nosotros hay una panorámica preciosa, entre ellas
la del Aneto, el día
inmejorable, y por supuesto, comenzamos a divisar el
paso del caballo.Tras cruzarnos con nuestro amigo 'perro'
y haber comido y bebido convenientemente, nos decidimos a seguir. bajamos desde
la cima una pequeña pared
hasta llegar al tan ansiado comienzo
del paso del Caballo, y sin más dilación comenzamos a pasarlo, la opción
mejor es pasarlo cogidos de la
cresta y de espaldas a el lado con menos pendiente, ya que por el otro lado
es una pared casi vertical. ¡CONSEGUIDO!
Una vez pasado el paso del Caballo, llegamos al Tuc
de Culebres (3062 metros), tras unas pequeñas grimpadas,
y tras pasar un pequeño camino con
bastante arenilla, lo cual conlleva el riesgo de resbalar por la pendiente,
llegamos al collado de Llauset, desde aquí ya divisamos el embalse.
Bajamos corriendo la primera
parte, ya que la tartera se ofrece para ello debido a sus múltiples piedras
donde poder talonar sin problemas. Tras ver que nuestras rodillas comienzan a
resentirse, decidimos seguir caminando.
Llegamos a la primera bifurcación (en
donde previamente tiramos hacia el collado del Vallhiverna), volvemos a coger
el camino que, al revés que antes, va por el margen izquierdo del río
(teniendo de frente el párking). Tras 7 horas, llegamos al párking, donde
nuestro compañero Jotas nos espera con ansiedad.
La ascensión es muy fácil, los únicos puntos críticos son: la
cresta aérea final, el Paso del Caballo y las grimpadas de bajada que
encontramos.
by Maligno