A 30 de Diciembre, celebramos la última salida del 2004, el pico de Finestrelles. En estas fechas, con la nieve y el frío no se pueden hacer excursiones muy largas y esta vez nos hemos decidido por el pico de Finestrelles, en el valle de Núria, a 2827 metros de altura.

Ya que anochece pronto, pensamos en subir en el cremallera, hacer el pico y bajar andando, pero la primera traba que nos encontramos es la nieve y hielo acumulado en la carretera justo antes de llegar a Queralbs, lo que nos recuerda que en invierno siempre hay que llevar unas cadenas en el maletero. Esto nos permitió llegar sin problemas a la estación.

Después de unos 45 minutos, llegamos a Núria, con no mucha nieve pero sí hielo, fuertes vientos y frío; normal en estas fechas. Tras un pequeño almuerzo y ponernos toda la ropa y el equipo necesario (polar, cortaviento, polainas, guantes, gorro, crampones o raquetas y otra ropa de abrigo) partimos por la parte de detrás en dirección a la pista de esquí más llana (verde) por el camino hacia el pico Puigmal y Finestrelles.

Sobrepasamos la pista y seguimos caminando hasta llegar a un puente de cemento que cruza por encima del río, tras caminar un poco más (15 minutos aprox.) nos encontramos con el cartel que bifurca el camino en dos, marcando a la izquierda el Puigmal y a la derecha el Finestrelles, la cual cogeremos. A esta altura ya tuvimos algunos problemas, ya que los crampones de Joan, los cuales eran prestados, se salían del talón más a menudo de lo que deberían (no deberían salirse nunca) y nos hacían perder tiempo.

Seguimos caminando por la dirección indicada en el cartel, ya que el camino se veía más bien poco con la nieve, que nos iba llevando por el lateral de la ladera de la montaña hasta llegar a un punto en el que volvemos a cruzar el río cubierto de nieve y hielo.

En este punto y tras caminar un ligero trecho por la ladera derecha de la montaña tras cruzar el río, comenzamos a ascender en zig-zag, menos Darío que sube en recto con las raquetas. Tras un rato subiendo llegamos al primer llano a partir del cual giraremos a la derecha y ascenderemos derechos al pico, ya que si seguimos rectos, bajaríamos y subiríamos hasta llegar al collado de Finestrelles.

A partir de aquí el camino no tiene pérdida: subir, subir y subir por el vértice hasta llegar a la cima. Eso sí, en zig-zag si no es que tenemos los gemelos del compañero Darío que subía en línea recta.

Cabe mencionar los retrasos que sufrimos porque a Joan se le salían constantemente los crampones y tubo un pequeño problema de fondo físico. Nada que no pudiera solucionar una buena ración de comida y bebida energéticas de estas que tanto gustan ahora.

Al llegar al pico, a las 14:30 y a 800 metros de altura de Núria, hicieron presencia con toda su fuerza los vientos que venían del Norte, del orden de unos 90 km/h aproximadamente que tiraban de espaldas y nos obligaban a poner especial atención en por donde andábamos, ya que un golpe súbito de viento podían llegar a hacernos perder pie y resbalar. Por supuesto estos vientos eran más bien fríos y estaríamos más o menos a unos 5 grados bajo cero.

Tras el breve rato que estuvimos en el pico comenzamos a bajar rápidamente, ya que la sensación de frío provocada por el viento iba en aumento, aunque tuvimos que esperar a que Darío cambiara sus raquetas por los crampones, imprescindibles para bajar por la montaña nevada o helada.

Es descenso fue rápido, gracias a los crampones con cada paso avanzábamos un metro. A estas alturas el viento ya no nos abandonó, siendo racheado e imprevisible. También hay que decir que Joan ya se había atado los crampones tan fuertemente al tobillo para que no se salieran que tardó un buen rato en volver a sentir la circulación cuando llegamos a Núria.

Tras descansar un pequeño rato y comer algo en el mismo llano de la subida, el descenso fue tranquilo y relajado y llegamos a Núria sobre las 5 de la tarde.

Se tardó unas 6 horas y cuarto en hacer la excursión completa, las cuales se podrían haber reducido cerca de 1 hora si no hubiera sido por los problemas "técnicos". La nieve y el viento dieron esa dificultad y mérito a la excursión, al igual que unos paisajes formidables.

by Javi